Periodoncia
La periodoncia es importante para mantener la salud de los tejidos de sostén de los dientes (encía, hueso y ligamento periodontal).
Los problemas periodontales suelen estar producidos por bacterias o por trauma oclusal.
Gingivitis (inflamación de la encia). Puede estar producida por muchos factores como medicamentos (habría que valorar la sustitucion por otro si fuese posible), consecuencia de patología sistémica (como podría ser una diabetes mal controlada), cambios hormonales (embarazo, menstruación…), pero lo más frecuente es que las gingivitis se produzcan por acción bacteriana y la mejor forma de prevenirla es mediante la higiene dental diaria en casa. Esto es así, porque al cepillarnos, eliminamos la placa bacteriana (formada por saliva, bacterias y restos de alimentos). Cuando la placa bacteriana entra en contacto con la encía, esta se inflama y sangra. Si esto se mantiene en el tiempo, se van a romper las fibras del ligamento periodontal que mantienen a la encia unida al diente. Esto va a producir que el hueso se retraiga para que las bacterias no puedan llegar a él. En este momento hablaríamos de periodontitis (comúnmente llamada piorrea).
La periodontitis es por tanto, la pérdida del hueso, encía y ligamento periodontal de los dientes, produciéndose alojamiento de estos y llegando incluso a la pérdida dentaria. Para detener el avance de esta se debe realizar una limpieza en profundidad de la parte de las raíces que no está adherida a la encía (raspado y alistado radicular), permitiendo que las fibras del ligamento periodontal vuelvan a unirse a la raiz dentaria. Si la pérdida de hueso es mayor, debemos realizar tratamiento periodontal quirúrgico para poder eliminar todo el cálculo y poder detener la enfermedad. Este tratamiento requiere de un mantenimiento periódico, ya que se trata de una enfermedad crónica.
El hueso perdido no se va a recuperar, pero si podemos evitar que se siga perdiendo mediante controles periódicos y tratamiento en caso de que sea necesario.
Cuando la pérdida de hueso se produce por trauma oclusal, el tratamiento debe ir encaminado a conseguir estabilizar la oclusión (mordida).
En ocasiones, los pacientes presentan un periodonto fino y la encia se retrae con más facilidad (parece que el diente ha crecido porque lo vemos más largo). En estos casos podemos prevenir la retracción gingival mediante injertos de tejido conectivo u otras técnicas en las que se confeccionan membranas de tejido con el propio plásma del paciente…
Una vez producida la recesión, también se puede recuperar, pero el pronóstico es peor. Suele ser mejor prevenir que tratar.